Capítulo 10 Veinticuatro horas

El silencio de Isabella es el aliciente perfecto para su esposo.

—Llama a la doctora y dile que estaremos en la clínica dentro de veinte minutos —ordena Benedict a Blas. Este llama enseguida.

Isabella se zarandea, intenta escapar del agarre de Benedict, pero no lo consigue.

—Suéltame, por favor...

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