Ciento tres

La vuelta a mi oficina fue silenciosa, pero mi mente era una tormenta. La audacia de Joel, su manipulación descarada—todo me ponía la piel de gallina. Su fijación conmigo ya había sido bastante tóxica, pero la manera en que había arrastrado a Zara a sus planes retorcidos llevaba las cosas a un nivel...

Inicia sesión y continúa leyendo