Sesenta y cinco

La cita con Bethany había sido mágica. Nunca había disfrutado tanto con una mujer aparte del placer sexual. Siempre pensé que el único placer que las mujeres podían brindar a un hombre era el sexual, pero Bethany había cambiado mi opinión sobre eso.

No podía creer lo feliz que estaba solo por estar...

Inicia sesión y continúa leyendo