Amor: ¿qué precio?

Me desplomo en mi asiento. Tengo dificultades para procesar lo que estoy viendo.

—¿Qué demonios? —exclamo, con los ojos abiertos de par en par por el shock y el miedo.

Saba está sentada en el sofá, sigue siendo una criatura hermosa, pero de alguna manera aterradora ahora que sé que es un lobo. Pet...

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