Aceptando a los cachorros

Nos miramos durante varios segundos.

Mi corazón olvida latir, como hipnotizados mis ojos se quedan en él. Luego da unos pasos hacia mí, lentamente para no asustarme. A un metro de distancia, se detiene. —¿Me reconoces, Rain?— pregunta suavemente, sus ojos sosteniendo los míos.

—Sí, eres el hombre de...

Inicia sesión y continúa leyendo