CAPÍTULO 49

Mientras caminábamos hacia el Lago Cantele, no podía dejar de mirar a Raúl. Mi mente estaba llena de pensamientos y sabía que tenía que confiar en él completamente. Raúl no solo era un gran tipo, sino un buen compañero que merecía mi confianza. La decisión de contarle todo se sentía correcta y querí...

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