Capítulo veinticinco: La línea destruida

Lukas me mira con la misma expresión de derrota que yo tenía. Da un paso y rodea mis hombros con sus brazos, acercándome a su pecho, donde empiezo a relajarme un poco.

—No te preocupes, cariño, averiguaremos qué está pasando —dice mientras me abraza más fuerte. Pienso en nuestra intimidad anterior ...

Inicia sesión y continúa leyendo