Capítulo sesenta y uno: Semejanzas

Casi me ahogo con mi propia saliva. Miro a Lukas, quien tiene un poco de sudor en la frente y me observa, tratando de medir mi reacción.

Vuelvo a mirar a Sara, quien no se ha movido ni un centímetro. En lugar de sentir enojo o celos, recordando lo que Lukas me contó sobre lo que intentaron anterior...

Inicia sesión y continúa leyendo