Capítulo 11 — La manada prohibida

Parpadeé lentamente, los rayos del sol brillando en mi rostro. Había un dulce olor a pinos y lavanda que llenaba mi nariz, lo que me hizo sonreír. Pero al moverme un poco, todo me dolía, mis brazos, mis piernas, todo mi cuerpo sentía como si me hubiera atropellado un camión. Traté de sentarme, pero ...

Inicia sesión y continúa leyendo