Capítulo 120 — ¡Viene el bebé!

Miré cómo la Diosa de la Luna desaparecía en un rastro de niebla plateada, y la paz pareció descender sobre nosotros como una manta cálida después de una tormenta. El campo de batalla estaba ahora en silencio, salvo por el suave viento y el aroma de la magia quemada que aún flotaba en el aire.

Magm...

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