Capítulo 140 — Demasiado tarde para salvarlo

Liora

La niebla me humedecía la piel.

El frío me hacía tiritar. Pero lo que más importaba era el martilleo de mi corazón, tan fuerte que ahogaba el silencio que el extraño había dejado tras de sí.

Su aroma aún persistía en el aire—ceniza y tormenta.

Pero él se había ido.

Y a lo lejos, los reneg...

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