Capítulo 149 — El despertar del Lobo Plateado

El hombre levantó la mano. Los lobos se congelaron, luego todos se volvieron... hacia mí.

El aire se detuvo.

Afilado y frío contra mi piel, pero no era la noche lo que me hacía temblar.

Eran sus ojos.

Docenas de orbes brillantes rodeándonos, estrechándose como cuchillas apuntando directamente ha...

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