Capítulo 155 — El cuerpo

Lucian

La noche era oscura, envuelta a nuestro alrededor como un manto de terciopelo, impregnada del aroma a pino y tierra húmeda.

—¿Ves? —murmuré, con una sonrisa asomando en mis labios—. No es una maldición. Es un don.

Ella me miró, mi corazón golpeando contra mis costillas. Su rostro estaba ta...

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