Capítulo 160 — La súplica

Aurelie

La losa seguía vacía.

Pasaban los días y yo seguía volviendo al mutuario como si pudiera forzar la verdad a cambiar al observarla el tiempo suficiente. Pero nada cambiaba. Nada nunca lo hacía.

La piedra yacía desnuda, intocada, salvo por la escarcha. Siempre la escarcha.

Las palabras se ...

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