Capítulo 18 — El duelo

Más tarde esa noche, Dawn vino a verme en mi nueva habitación. Su rostro amable se arrugó con preocupación mientras examinaba los moretones del entrenamiento.

—Esto sanará rápido —me aseguró, aplicando un ungüento de olor dulce—. El bebé también está bien. Fuerte latido.

Quería hacerle más pregunt...

Inicia sesión y continúa leyendo