Capítulo 29 — El primer lobo plateado

Elara

El aire nocturno estaba fresco contra mi piel mientras esperaba junto al campo de entrenamiento, exactamente donde Acheron me había indicado. Las estrellas salpicaban el cielo despejado, y una media luna colgaba baja en el horizonte, proyectando una luz plateada sobre el espacio vacío.

—¿Est...

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