Capítulo 78 — Chismes y oro

Jade y Marie parecían más cómodas ahora. Como si pertenecieran aquí. Como si hubieran nacido para sentarse en cojines de seda y beber jugo frío de copas de cristal. Pero no era así. Yo sí.

Se desparramaban en mi cama como gatos perezosos, riendo y lanzándose uvas a la boca. Pero este no era su pala...

Inicia sesión y continúa leyendo