Capítulo 8 — El despertar del lobo plateado

Elara

No podía correr más. Mis piernas dolían demasiado y mi pecho ardía. Cinco días de correr me habían dejado tan cansada que apenas podía pensar con claridad.

Los lobos ninja todavía me seguían. No podía verlos, pero sabía que estaban allí. Me habían estado persiguiendo desde que me desterraron...

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