Capítulo 48

Bajo un pino imponente se movía un hombre tan grande y sólido como el tronco que lo cobijaba. No podía esperar para alejarse del abismo de la rama donde se escondía. Un largo abrigo de lana le llegaba hasta las rodillas sobre unos pesados pantalones metidos en unas botas robustas y funcionales, y su...

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