Capítulo 134: El precio que pagamos

Los Ancianos se retiraban lentamente, sus pasos cautelosos, rostros pálidos bajo el resplandor del faro moribundo. Incluso mientras sus Ejecutores tropezaban tras ellos—rotos, cojeando, arrastrando a sus heridos—podía oler su miedo.

Por un segundo, pensé que había terminado.

Entonces el aire cambi...

Inicia sesión y continúa leyendo