Capítulo 170 - El silencio nunca dura

El mostrador estaba frío y duro debajo de mí, pero lo único que podía sentir era el increíble calor de él moviéndose dentro de mí. Mis pechos, pesados y sensibles, rebotaban con su ritmo, y él se inclinó para capturar un pezón a través de mi camisa, su lengua rodeando el pico, la tela siendo una bar...

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