Capítulo 21: Sombrados

El mayordomo caminaba a mi lado con dignidad silenciosa, sus manos entrelazadas cuidadosamente detrás de su espalda. Su presencia calmaba mis nervios, incluso mientras mi corazón aleteaba como un pájaro enjaulado en mi pecho. Me condujo por el pasillo, la gruesa alfombra carmesí amortiguando el soni...

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