Capítulo 81 - La verdad nunca es fácil

El golpeteo llegó primero—fuerte, constante y persistente.

Abrí los ojos ante el tenue resplandor de la luz del baño. Me dolía el cuello, tenía la espalda rígida, y por un segundo, no recordé dónde estaba. Luego, la fría porcelana presionando contra mi piel me lo recordó. La bañera. Me había quedad...

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