Capítulo 148 Está bien llorar

Lucas asintió con entusiasmo. —¡Sí! Siempre quise tener a alguien con quien jugar. Mamá, ¿podemos mostrarle la habitación de las estrellas ahora?

Miré a Sophia, que observaba este intercambio con una mezcla de asombro y vacilación. —¿Te gustaría ver tu habitación, cariño?

Ella asintió, aún aferrad...

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