Aurelio Flores

El pobre chico se estremeció cuando abrió sus ojos color miel, sorprendido al ver a Crystal mirándolo fijamente como un búho, estando apenas a diez pulgadas de distancia. Ella parecía a punto de llorar, y esa fue la única razón por la que él no la apartó.

—Perdón, pero ¿puedo saber qué estás hacien...

Inicia sesión y continúa leyendo