Las pequeñas cosas

Las pequeñas cosas

Tener que escuchar al doctor decir esas palabras seguía rompiendo mi corazón una y otra vez.

No podía pedirle un adelanto a mi jefe loco porque no me lo daría, por ninguna razón, ni siquiera si me atropellara un camión me lo daría.

Mirando a mi pobre papá, desearía que estos fuera...

Inicia sesión y continúa leyendo