Los cuentos de hadas no existen

—Nos disculpamos, gran señor, ciertamente no vinimos aquí para burlarnos de usted, si acaso vinimos como mendigos desesperados que harían casi cualquier cosa para obtener su ayuda— mis alabanzas parecieron llegarle, ya que se calmó y retrocedió lentamente, parecía del tipo que amaba ser adorado y al...

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