Capítulo 19

La fuerte golpiza en mi puerta principal me sacó de un sueño profundo. Parpadeé al ver los números luminosos de mi reloj de cabecera: 2:37 AM. ¿Quién demonios necesitaba un médico a esta hora? ¿Y por qué no podían simplemente llamar primero?

Salí de la cama a trompicones, agarré mi bata azul marino...

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