Capítulo ciento dos

Nunca había estado en el agua antes.

Mi mente había estado tan preocupada con cómo recuperaría a mis hijos que no me había detenido a pensar si podría viajar en el agua. Cuando el barco comenzó a moverse, empecé a sentirme mareada. También se me ocurrió por primera vez que con cada segundo que pasa...

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