Capítulo ciento cuarenta y cuatro

—Estoy harta de que cuestiones mi autoridad. Podría matarlos a ambos ahora mismo. Podría acabar con sus vidas. ¿No tienen miedo? Soy el maldito Alfa George y adivinen qué, soy tan poderoso...

—Entonces hazlo; sácanos de nuestra miseria y mátanos ahora— respondió Irvette. Se sorprendió al escucharse...

Inicia sesión y continúa leyendo