Capítulo ciento cuarenta y ocho

Napoleón cayó con fuerza sobre el suelo de mármol. En su estado ya debilitado, la caída debería haber sido suficiente para matar a cualquiera, pero el Rey Napoleón no era cualquiera.

—Guardias, lleven a mi padre de vuelta a su cama y ¿quién demonios está a cargo de su cuidado? ¿Cómo pudieron permit...

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