Capítulo ciento sesenta y uno

Mientras tanto, había un hombre que vivía no muy lejos del palacio de Hades. Era alto y encantador como un príncipe, tanto que Charlotte le preguntaba frecuentemente:

—Señor, ¿es usted el príncipe encantador?

Ella le hizo esta pregunta de nuevo ese día y él le sonrió y le dio su respuesta habitual...

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