Capítulo ciento setenta y uno

Charlotte y Reginald se sentaron uno al lado del otro en el carruaje que los había recogido una vez que habían desembarcado en tierra firme. Su abuelo les había dicho que estaban regresando a casa. Sin embargo, no era la casa que conocían; era aquella en la que habían nacido y en la que nunca tuvier...

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