Capítulo ciento setenta y cuatro

Irvette estaba inmensamente aliviada de haber regresado a su palacio. No importaba lo que George o cualquier otra persona dijera, ella era la Reina de este palacio.

El momento en que bajó, fue recibida con la vista de su asistente, quien parecía tener algo serio que decirle a Irvette.

—Tendrá que ...

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