Capítulo ciento ochenta y tres

El príncipe Lucian no pudo responder al duelo de Aegan porque en ese momento su madre requería su atención. Se disculpó y se dirigió directamente a los aposentos de su madre, donde la vio haciendo arreglos para abandonar el palacio.

—¿Madre? —dijo Lucian, sorprendido de ver a su madre lista para ir...

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