Capítulo ciento noventa y ocho

—Yo también te extrañé, tía Emily— Charlotte mostró una gran sonrisa.

—A mi estudio, ahora— ordenó Emily, negándose a devolverle la sonrisa a Charlotte.

—Reginald, no nos seguirás— dijo Emily, sabiendo que nunca podría ganar contra los dos.

—¿Tía Em?— protestó Charlotte.

—Entra— Emily había esta...

Inicia sesión y continúa leyendo