Capítulo doscientos cuatro

Harlin estaba deslumbrado por la belleza. No creía haber visto nunca algo que pudiera compararse en belleza. La vista ante él era etérea. Estaba paralizado y había olvidado por completo la idea de huir de la fiesta.

—Yo, ehm... lo siento, estaba mirando. Yo...— A Harlin le habían dicho que cuando m...

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