Capítulo doscientos cuarenta y cinco

Kristoff tragó saliva. Iba a hacerlo ahora. Iba a decirle que necesitaban terminar su aventura. Tenía que decirle que no podían seguir con su relación secreta. Simplemente no podían hacerlo más. Había demasiado en juego, además del Mayor Drieden.

—Está bien, sé cómo lidiar con matones como Drieden ...

Inicia sesión y continúa leyendo