Capítulo doscientos cuarenta y ocho

—Te lo dije, Armand, los hombres lobo no son nuestros amigos— dijo Agatha. Lo dijo con una convicción que asustó a Armand. ¿Y si ella descubría su negocio clandestino con su amante loba? ¿Y si sabía sobre su hijo híbrido? ¿Qué pasaría entonces? ¿Despedazaría al pequeño niño como había visto que desp...

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