Capítulo doscientos cincuenta y ocho

No había ninguna sombra diciéndole qué hacer; Nydia había abrazado el mal y le encantaba torturarlos.

Cuando llegaron a la seguridad del palacio de la Reina Emily, discutieron lo que harían. Decidieron que mantendrían su distancia de la Reina Irvette. De hecho, no querían tener absolutamente nada q...

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