Capítulo doscientos cincuenta y nueve

El rey Armand miró furiosamente a su reina, pero Agatha no le prestaba atención. Quería creer que tenía razón. En su mundo, su preciosa hijastra era incapaz de maldad y, por lo tanto, Harlin era el único posible villano en ese momento. No importaba si la vida del joven príncipe estaba en juego, Harl...

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