Capítulo doscientos sesenta y uno

Además, Armand y yo teníamos un acuerdo cuando nos casamos. Sabía en lo que me estaba metiendo. Tú, en cambio, engañaste a Gabriella haciéndole creer que la amabas —respondió Agatha. Si fuera por ella, echaría al bastardo de su casa en ese mismo instante.

—Nunca prometí que sería la única mujer. El...

Inicia sesión y continúa leyendo