Capítulo veintisiete

—¡Mi señora!—la voz aguda de Diane me despertó. Esta vez su voz sonaba como una alarma irritante.

—¿Alguien murió?—pregunté, molesta por haber sido despertada tan temprano.

—Disculpe, mi señora, pero sentí que querría saber que Lady Nydia acaba de regresar—lo dijo como si estuviera anunciando mala...

Inicia sesión y continúa leyendo