Capítulo treinta y ocho

—Eres terco, pero deberías saber que no te va a salir bien —comentó Alpha Dagen después de varios minutos de silencio entre nosotros.

—Lamento no haber podido ayudar a identificar a tu merodeador —aseguré que mi voz insinuara que había terminado con esta entrevista. Preferiría estar con la Señora M...

Inicia sesión y continúa leyendo