Capítulo cincuenta y cuatro

Finalmente acordamos permitir que mi caballo viajara con nosotros, pero Tristan sería guiado por uno de los guardias mientras el otro viajaba conmigo dentro del carruaje.

—Conoces a Marilyn Aurelius, ¿verdad?— Odiaba que el carruaje estuviera tan silencioso. El silencio me hacía sentir incómoda.

—...

Inicia sesión y continúa leyendo