Capítulo sesenta y uno

Finalmente, Harriet percibió mi incomodidad y me apartó suavemente de él. Me presentó a otras personas hasta que estuvo satisfecha de haber hecho un buen trabajo al familiarizarme con quienes importaban.

Pronto, la voz fuerte del Tío Napoleón resonó en la sala. Hizo un brindis por mis bebés, despué...

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