Setenta y uno

Nydia era terca y se quedó donde estaba. Molesto, me levanté y me alejé de ella. No podía lidiar con ella en ese momento.

Entré en la habitación de Regina y suspiré mirando alrededor. Todavía olía a ella, lo que volvía locos mis sentidos.

No sé qué me llevó a hacerlo, pero comencé a buscar en su h...

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