Capítulo setenta y nueve

—Estoy bien.

Napoleón nos miró a todos en la mesa lentamente, luego se detuvo para aclararse la garganta, capturando la atención de todos. Todos dejaron de comer, cesando los ruidos de los tenedores y cucharas golpeando los platos de porcelana. Todos lo miraron. Parecía triste, su rostro era el de ...

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