41. Lo que hacen las manos.

La noche avanza después de la fiesta como si el aire estuviera impregnado de un veneno dulce que se mete en los pulmones y en la sangre, un veneno que tiene sus nombres, John y Damon, y yo camino en medio de ellos como si fuera lo más natural del mundo tener a dos hombres tan distintos y tan iguales...

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