42. No la confundas con palabras bonitas.

El salón está tenuemente iluminado, la luz dorada de las lámparas acaricia los contornos de los sillones y se refleja en las copas de cristal como si intentara robar un poco de brillo para sí misma. Estoy de pie en el centro, con la respiración agitada, porque sé que la noche no se parece a ninguna ...

Inicia sesión y continúa leyendo